La nube: más allá de la moda

La mitad del presupuesto de TI de las empresas se invierte en la migración al modelo más popular de consumo de tecnología de nuestro tiempo.

La promesa de la computación en la nube es tentadora: Olvídese de administrar servidores y centros de datos y de vérselas con los delicados y costosos problemas del soporte técnico, las actualizaciones de software y los peligros informáticos…y concéntrese en su negocio. Suena fácil y económico y constituye la más popular de las tendencias tecnológicas de nuestros días. Pero, ¿es verdad?

Lo que se conoce como transformación digital en las empresas – el ajuste de una organización para relacionarse mejor con los nuevos clientes y públicos del entorno actual – no es en realidad una tecnología sino una decisión, que lleva a adoptar ciertas tecnologías claves para la supervivencia. Y una de las tecnologías que hacen posible dicha transformación, quizás la de mayor tasa de adopción en el mundo de los negocios en los últimos años, es la computación en la nube.

La más reciente estimación de IDC indica que al menos la mitad del gasto mundial de TI se destinará este año a inversiones en computación en la nube. Y se calcula que, en un plazo de cinco años, el 43 % de la capacidad de cómputo de las empresas a nivel global estará alojada en servicios de nube pública y el 78 % en servicios híbridos, es decir, combinación de nubes públicas y nubes privadas. Las nubes públicas son las gigantescas plataformas de Amazon Web Services, Microsoft Azure, Google Cloud e IBM, que ofrecen servicios compartidos para muchos clientes, en tanto que las privadas son infraestructuras de nube construidas para servir en exclusiva a un único cliente.

“La nube no es para hacer más efectivo un negocio, sino que es una oportunidad para transformar radicalmente un modelo de negocio”, dice Carlos Cáceres, gerente de Avanxo, una empresa colombiana que acompaña en la adopción de estrategias tecnológicas a algunas de las más importantes organizaciones del país y de la región. Según el experto, el modelo de computación en la nube facilita a quien lo adopte, la innovación, pasar de operación local a global, mejorar el servicio al cliente y transformar sus procesos. De hecho, es la nube la que permitió a las grandes startups mundiales, como Uber o Netflix, convertirse en lo que son hoy. La llegada de nuevos proveedores, así como la expansión de servicios como los que presta Avanxo, que crece a doble dígito y ya opera en Brasil, México, Argentina y Estados Unidos, son evidencias del dinamismo que ha adquirido recientemente la computación en la nube en la región.

Colombia es un mercado creciente para los servicios de computación en la nube, aún con el entorno macroeconómico adverso. “Cuando ocurren situaciones económicas complicadas, cloud es un aliado y por eso seguimos viendo una adopción muy fuerte” sostiene Marcos Grilanda, gerente regional de Sur América de Amazon Web Services, el más importante proveedor mundial de servicios en la nube. El sólo sentido común le da la razón. Un cliente con necesidades de inversión en tecnología muy grandes, por ejemplo, aquellos obligados a mantener centros de datos poderosos, tiene que buscar alternativas de bajo costo, y al primer lugar a donde miran es al llamado “Cloud computing“, porque se trata de un modelo de tecnología en donde se paga según el consumo, es escalable, flexible y tercerizado, de tal manera que se puede ajustar a los ciclos de crecimiento y contracción del negocio. Amazon Web Services (conocido como AWS) tiene clientes importantes en el país, como Bancolombia, que llevó a la nube la plataforma Nequi de transacciones desde el móvil. Nequi es uno de los movimientos de innovación financiera para “millennials” más audaces que ha realizado recientemente la banca, pues se trata de un banco totalmente digital, que bancariza a sus clientes desde el teléfono y funciona independiente de la institución financiera que le dio origen, es decir, no hay que tener cuenta en Bancolombia ni en ninguna otra parte.  Nequi opera completamente sobre AWS, desde las transacciones diarias hasta la analítica y el registro de auditoría. “El principal beneficio es el time to market; nunca antes se había podido tener un banco digital desde cero en meses”, explica Herbert Gómez, líder de tecnología de Nequi.

El Icfes también entregó en manos de Amazon Web Services la operación de los resultados de las pruebas, que tienen picos enormes de consulta durante las semanas en que son publicados. “Tener la flexibilidad de crecer en un determinado momento y después bajarse es algo que solo cloud puede ofrecer”, agrega Grilandia. El Icfes procesa algo más de 4,5 millones de exámenes cada año, y aunque la entidad cuenta con servidores propios alojados en un centro de datos local, el crecimiento continuo de sus necesidades de cómputo hizo que acudieran desde el año 2005 a servicios externos para complementar su propia infraestructura. Hoy día los exámenes múltiples están en manos del servicio Amazon Elastic Compute Cloud (Amazon EC2) y Amazon Simple Storage (conocido como S3). Durante los días en que se publican los resultados de las pruebas, simplemente se incrementa el número de servidores de aplicaciones y bases de datos provistos por AWS, para soportar la carga de consultas de los estudiantes. Unas semanas después se reduce ese número, y el Icfes paga sólo según el consumo. Es un caso típico de beneficios del modelo cloud, porque se sabe que los centros de datos propios de las compañías suelen tener una capacidad excesiva que no se utiliza todo el tiempo.

La reputación de AWS viene dada por la importancia de algunos de sus clientes globales más grandes. Netflix, el popular servicio de streaming de video opera sobre la infraestructura de Amazon Web Services, y cabe destacar que Amazon es rival del mismo Netflix en el negocio de la televisión por demanda. La NASA es otro cliente emblemático. Toda la investigación en marcha sobre Marte, incluida la provisión de fotografías para el público sobre la exploración del planeta rojo, corre sobre infraestructura de AWS.

Los costos

Todavía se se puede discutir, en algunos escenarios, la conveniencia o no de migrar a la nube. Es verdad que no en todos los casos es lo más aconsejable. “Hemos visto que no necesariamente hoy por hoy todos los números de Cloud dan, hay que hacer análisis detallados para asegurarnos que no estamos montándonos en una tendencia por montarnos”, advierte Juan Pablo Villegas, gerente de Citrix Colombia, una compañía que se mueve desde hace mucho en el negocio de la virtualización, una tendencia pionera en la idea de entregar en infraestructuras de terceros los servicios computacionales de un negocio. La virtualización comenzó mucho antes que la moda cloud, pero se integró muy bien con ella. Escritorios virtuales y servidores virtuales se implementan en las empresas para facilitar la administración de la tecnología, antes en centros de datos propios y ahora en centros de datos de proveedores como Citrix, que utiliza la nube para mejorar la eficiencia y los costos de su servicio. En muchas empresas se ha popularizado el concepto de que los empleados lleven su propio computador (la compañía les abona en efectivo para que compren el equipo de su preferencia) y el empleado simplemente accede a un escritorio virtual en donde tiene acceso seguro a la red y a las aplicaciones de trabajo. Después, en su tiempo libre, hace lo que quiera con su computador sin comprometer la seguridad de los datos de la compañía, porque el escritorio virtual no está instalado en el computador personal sino en la nube. Separar esos dos mundos permite a la empresa significativos ahorros en soporte, licencias y seguridad. Hay planes de Citrix desde 135 dólares año por usuario.

Una empresa que migre su plataforma de correo electrónico a la nube puede pagar alrededor de US 15 por usuario en los servicios de Office 365 de Microsoft, que incluyen una cuenta de correo y la suite de productividad más popular del mundo, con Outlook, Word, Excel y PowerPoint, sin que la empresa tenga que preocuparse por instalaciones, actualizaciones de software ni servidores de correo y de aplicaciones. En AWS hay servicios básicos que pueden costar 10 dólares mes por usuario e incluso hay una “capa gratuita” en la que cualquier organización puede probar sus servicios durante un año, por supuesto en pequeña escala.

Nubes seguras

Hasta el sector financiero, que por razones de seguridad mostró mayor resistencia a migrar sus datos a la nube, ahora adopta esta estrategia. Capital One, uno de los bancos más importantes de Estados Unidos, con 70 millones de clientes, tiene la operación de sus transacciones sobre la nube. La seguridad es el temor más relevante que los bancos esgrimen al momento de pensar en este tema. Pero cada vez hay más consenso entre los especialistas en que la seguridad de una nube pública es mayor que la de un centro de datos propio de una compañía. “Nuestros niveles de inversión en seguridad son mucho más altos que las inversiones que podría hacer una compañía tradicional en su propia infraestructura”, señala Grilanda, de AWS.

Las empresas de telecomunicaciones se convirtieron paulatinamente en jugadores importantes del negocio nube. “Nosotros tenemos la capacidad de ser la autopista de la transformación digital, por el ecosistema que poseemos”, explica Roger Santamaría, gerente de mercadeo de empresas, de Claro. Se refiere al hecho de que ofrecen tanto la conectividad y los anchos de banda que cualquier estrategia de nube necesita, como también los centros de datos para crear nubes privadas que respondan a las necesidades de los negocios más complejos. Claro construyó el Data Center Triara, en cercanías de Bogotá, que obtuvo la certificación Icrea 5, y desde el cual ofrece servicios administrados de hosting, almacenamiento de bases de datos y también de aplicaciones como SAP para los clientes que lo requieran. Y combinando las capacidades de una red de centros de datos poderosos de América Móvil en México, Chile, Argentina y Brasil, Claro puede ofrecer modelos de nube avanzados, como el centro de datos virtual, un tipo de infraestructura ideal para operaciones complejas. Tener los datos en el propio país es además una ventaja competitiva, de cara a temas regulatorios o a la confianza por parte de algunos clientes.

Todo a la nube

Se lleva a la nube casi cualquier cosa. Desde el correo electrónico hasta los sistemas ERP de gestión de los negocios. La compañía SAP, por ejemplo, domina el mercado creciente de la gestión de la cadena de suministros, que hasta hace poco funcionaba sobre software instalado en las infraestructuras propias de las empresas y ahora opera en la nube, mediante el servicio Ariba, una plataforma cloud que automatiza la cadena de abastecimiento de los clientes, va más allá de solo alojar aplicaciones y se ha convertido en una red global de negocios “B2B”, es decir, entre empresas. “Un negocio local con capacidad de proyección internacional va a tener acceso a proveedores mundiales al conectarse a una solución como esta, en donde se incrementa la cantidad de oferentes”, explica Julio Restrepo, director de soluciones cloud de Ariba. En esta plataforma se transan más de un trillón de dólares cada año y en Colombia Almacenes Éxito y Bancolombia se cuentan entre sus numerosos clientes, que buscan allí proveedores globales para sus distintas necesidades.

El sector gobierno ha sido muy dinámico en la adopción de este tipo de tecnologías. VMware, líder en el segmento de virtualización, se apoya en el modelo de nube para ofrecer sus servicios y tiene en el país una presencia importante. “Colombia es conservador en adopción tecnológica, pero el gobierno colombiano ha hecho algo que pocos gobiernos han realizado en la región: una regulación que promueve la información como servicio y que hace más eficiente el uso de tecnologías de la información en el sector público”, afirma Leonardo González, director de ventas norte de Latinoamérica, de Vmware. El 70 % de los servicios de cloud computing que el gobierno colombiano adquiere a través de “Colombia compra eficiente”, son ofrecidos por proveedores que utilizan tecnologías de virtualización de VMWare.

Desde que la tecnología permitió que un empleado no tenga que estar conectado a la misma red en la que residen los datos de la empresa para la que trabaja, todo se ha vuelto más fácil y más seguro. En el pasado, la pérdida de un computador portátil de un empelado durante un viaje se convertía en un dolor de cabeza, porque datos sensibles de la compañía podían caer en manos ajenas. La virtualización puso fin a todo aquello y la computación en la nube lo convirtió en un modelo de negocio viable y costo efectivo, que la mayoría de organizaciones quiere aprovechar. “Cloud ya no es un tema de infraestructura – dice Carlos Cáceres, de Avanxo – sino una oportunidad para la trasformación digital”.

Publicado originalmente en DINERO, edición 519, mayo de 2017.

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