Historias de conexión rural 1: aguacates vía satélite

Un cultivador de aguacate, una emprendedora que toma impulso con su vivero y un docente que facilita el acceso a clases virtuales de los estudiantes de su municipio, mediante conexión satelital.

Mientras Humberto Blandón pensaba en cómo aprovechar el aguacate que no podía exportar o comercializar en el mercado nacional, Carmen María Negrete buscaba el mejor medio para llegar a nuevos clientes y ofrecerles las plantas de su vivero. Entre tanto, William Herrera planeaba la solución para que los niños y jóvenes de su localidad pudieran continuar con sus estudios en la virtualidad.

Tres historias rurales que tuvieron final feliz gracias a la conectividad y que merecen ser reseñadas. La compañía HughesNet, proveedor de internet satelital, las apoyó y las ha compartido mediante la campaña “Conectando Sueños”, que, en alianza con las emisoras locales, a la fecha han recibido más de 80 historias, en zonas como Santa Rosa de Cabal, en Risaralda, y Arjona, en el sur de Bolívar. Entre estos casos fueron seleccionados estos tres soñadores que hoy ya disfrutan del servicio y están viendo materializados sus sueños.

¿Cómo lograron Humberto, Carmen y William acceder al servicio? Ellos son los tres primeros beneficiarios de la campaña Conectando Sueños de HughesNet, iniciativa que busca llevar a más sectores el acceso a conectividad, premiando aquellas historias de quienes sueñan con mejorar sus condiciones de vida y las de sus comunidades, teniendo el internet satelital como herramienta para lograrlo.

Por ejemplo, don Humberto Blandón encontró la manera de extraer el aceite de aguacate a partir de las unidades que no podía vender y, gracias al acceso a internet, dio a conocer este producto y lo está comercializando desde la vereda Guaymaral, ubicada en el municipio de Santa Rosa de Cabal, en la zona montañosa del departamento de Risaralda.

Estoy feliz porque con internet he podido presentar mi producto y venderlo. Actualmente, de 10 kilos de aguacate estamos sacando un litro de aceite que se vende a 50.000 pesos. La intención de nosotros es hacer un proyecto más grande con maquinarias mejores, pero por algo se empieza”, relata don Humberto.

Humberto Blandón encontró la manera de extraer el aceite de aguacate a partir de las unidades que no podía vender y, gracias al acceso a internet, dio a conocer este producto y lo está comercializando desde la vereda Guaymaral, ubicada en el municipio de Santa Rosa de Cabal, en la zona montañosa del departamento de Risaralda.Por su parte, Carmen María Negrete, pasó de tener el vivero como un pasatiempo en su casa de Arjona, a contar con un emprendimiento organizado. Ahora, Las Palmeras de Carmen, su negocio, también está en internet, y tiene en las redes sociales su principal vitrina.  A través de su página de Facebook, que abrió con la ayuda de sus nietas, ha impulsado las ventas de sus plantas ornamentales y frutales y ya tiene varios clientes fijos. “La conexión satelital me da la opción de aprender más sobre técnicas de cultivo”, relata Carmen María.

También en este municipio de Bolívar, William Herrera, técnico en psicología y pedagogía infantil, se ha convertido en un “héroe” para los estudiantes de la localidad pues con su Centro de Conectividad para la Educación Virtual, los niños y jóvenes que vieron interrumpido su proceso académico por la falta de acceso a internet, ahora cuentan con un espacio que les brinda conectividad.

El proyecto inició con cinco niños y a la fecha suma 40 estudiantes inscritos que asisten a las instalaciones en diferentes horarios para beneficiarse con el servicio de internet satelital.  Allí, los estudiantes trabajan en todas las áreas del conocimiento y continúan el plan de sus instituciones educativas. Además, para el buen manejo del tiempo libre, aprenden a jugar ajedrez.

Gracias a HughesNet por hacerse partícipe de esta iniciativa comunitaria acá en Arjona. Es un aporte muy importante el que nos están brindando a través de la conexión a internet, pues esta es fundamental para que los procesos académicos en el Centro de Conectividad se lleven a cabo”, expresa William.

Contaremos más historias inspiradoras, de conectividad rural, promovidas por una variada gama de iniciativas públicas y privadas, que comparten el objetivo de cerrar las brechas y saldar la deuda histórica que tiene Colombia con el sector rural.

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