Repatriación de datos: ¿volver de la nube es el nuevo paso adelante?

Durante años, migrar a la nube fue sinónimo de modernización. Pero hoy, muchas empresas están trayendo sus datos de vuelta a casa. ¿Por qué?

Durante los últimos años, muchas empresas emprendieron la transformación digital con un rumbo claro: la nube. Sin embargo, este viaje —muchas veces acelerado y sin una planificación adecuada— ya mostró que no siempre es la mejor opción. Costos difíciles de predecir, problemas de protección de datos y desafíos regulatorios han llevado a que surja una nueva tendencia: la repatriación de datos.

¿Qué es la repatriación de datos?

La repatriación de datos consiste en trasladar información digital que fue alojada originalmente en servicios de nube pública (como AWS, Google Cloud o Microsoft Azure) de regreso a infraestructuras más controladas, como nubes privadas o centros de datos locales. Es, en pocas palabras, “traer de vuelta a casa” los datos y aplicaciones que alguna vez migraron a la nube. Pero ¿por qué alguien querría hacer esto, si la nube fue presentada como la solución ideal?

Las razones detrás del regreso

Hay expertos que opinan que muchas organizaciones migraron a la nube pública sin una estrategia clara. Esto generó algunos problemas de difícil solución y terribles consecuencias:

Costos imprevisibles: En la nube pública los precios son variables. Muchas veces las empresas olvidan dar de baja recursos virtuales que no están en uso, lo que genera gastos innecesarios.

Falta de control: No siempre está claro dónde están alojados los datos, lo que dificulta cumplir con regulaciones locales o sectoriales.

Latencia: Si los datos están lejos de los usuarios finales, los tiempos de respuesta pueden ser más lentos.

Aquí es donde entra la repatriación: traer ciertos datos y aplicaciones a entornos más controlados —como una nube privada instalada en un centro de datos cercano— puede ofrecer mayor seguridad, menor latencia y un modelo de costos más predecible.

Lo que hacemos es una asesoría identificando donde están los mayores costos o donde el cliente no cumple con alguna normativa de almacenamiento de datos y asesoramos sobre cuáles son las máquinas susceptibles de repatriar“, explica Fernando Pablo García, Data Center Regional Business Manager de Cirion, una compañía que provee infraestructura para los negocios en Latinoamérica, con 18 centros de datos en la región.

El Centro de Datos de Cirion en Bogotá

Cirion no propone una solución única para todos. Su enfoque es personalizado: analizan caso por caso para determinar qué datos o servicios conviene repatriar y cuáles deben permanecer en la nube pública. En algunos casos, mantener ciertos sistemas en la nube pública sigue siendo más eficiente. La clave está en adoptar un modelo de nube híbrida, donde convivan recursos en la nube pública con otros en nubes privadas. Así, la empresa mantiene el control donde más lo necesita.

Regulación y desafíos en Latinoamérica

En términos de legislación, América Latina todavía está lejos de los estándares europeos o norteamericanos. Aunque existen leyes en países como Colombia, México, Chile o Brasil, su aplicación es irregular. Esto preocupa especialmente a empresas internacionales que deben cumplir normativas más estrictas. La repatriación ayuda a resolver parte de este problema, asegurando que los datos permanezcan dentro del territorio requerido por la regulación.

Un fenómeno en crecimiento

Cualquier empresa que ve crecer su factura de nube mes a mes, o que necesita cumplir con normativas más estrictas, comienza a considerar seriamente la repatriación. Y no se trata solo de una tendencia empresarial: la preocupación por el acceso a la tecnología y la conectividad ya es compartida por todos los sectores políticos.

En un contexto donde los costos de nube crecen sin control y las regulaciones son cada vez más estrictas, la repatriación de datos se vuelve una jugada estratégica. Para muchas empresas, repatriar no es retroceder: es avanzar con más control y previsibilidad.

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