Fiebre de pagos digitales

Pagar con el teléfono o el reloj inteligente empieza a ponerse de moda en Colombia. Un día no habrá efectivo y ni siquiera tarjetas plásticas.

El comercio electrónico no viene solo. Trae a sus amigos, los pagos digitales. Con el auge de las ventas en línea, que al finalizar el presente año habrán crecido 38 por ciento, y que durante el tercer trimestre ya sumaban 9,9 billones de pesos, se incrementa la inclusión financiera y una variada gama de medios de pago electrónicos, necesarios para la transformación digital de la economía.

El teléfono móvil es uno de los medios preferidos, junto con las tradicionales tarjetas débito. La inclusión financiera creció desde la pandemia, como resultado de los Días sin Iva y, en especial, el Ingreso Solidario, que se entrega mediante cuentas en Nequi, Daviplata o Movii, que son esencialmente apps en el celular.

La Banca de las Oportunidades, el organismo público que promueve políticas de inclusión financiera, reporta que, al terminar el primer trimestre del año en curso, la tasa de inclusión financiera en Colombia ronda el 89,4 por ciento. Recordemos que en 2019 el indicador era inferior al 50 por ciento y la pandemia lo empujó en 2020 al 85 por ciento, como consecuencia del confinamiento, que animó a los colombianos a incursionar en las compras en línea y los pagos digitales. Un factor adicional que disparó el uso de transacciones digitales es Ingreso Solidario, que obligó a abrir o reactivar productos financieros como condición para recibir la ayuda del gobierno.

Pero hay lunares en el panorama, que no es posible ignorar. “La pandemia trajo dinámicas de pago mucho más inclusivas, pero todavía tenemos retos muy relevantes para generar mayor utilización de los pagos digitales“, dijo María Fernanda Quiñónez, presidente de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, durante su conferencia en el reciente Congreso de tecnología Andicom, celebrado en Cartagena entre el 17 y el 19 de noviembre.

La preferencia de los consumidores en cuanto a pagos electrónicos, no solo en Colombia sino en el mundo, claramente señala a los pagos sin contacto. Por razones obvias, nadie quiere que su tarjeta plástica pase a otras manos durante el momento del pago en la caja registradora.En Colombia el comercio electrónico avanza más rápido que la inclusión financiera. Todavía una importante cantidad de compras se paga en efectivo, y los datos más frescos así lo demuestran: en tarjetas débito, el 20 por ciento de su utilización corresponde a compras, y el 80 por ciento a retiros de efectivo. Y solo 22,4 por ciento de los colombianos posee una tarjeta de crédito. Así que tiene razón Maria Fernanda Quiñónez en su llamado a acelerar la penetración de los pagos digitales.

Quizás el aspecto más preocupante es la brecha urbano rural, con una diferencia de 41,4 puntos porcentuales en cuanto a acceso a productos financieros. En las ciudades el acceso a productos financieros alcanza más del 98 por ciento, en tanto que en zonas rurales es del 57 por ciento, según las cifras que divulgó Freddy Castro, director de Banca de las Oportunidades.

Auge de pagos sin contacto

Hagamos foco en el vaso medio lleno. El 87,8 por ciento de los adultos colombianos tiene algún producto financiero, aunque se trate de uno que utiliza muy poco o nunca. El 72,6 por ciento tiene algún producto activo, utilizado con regularidad.

Covid-19 popularizó los pagos sin contacto, por razones de higiene.

La preferencia de los consumidores en cuanto a pagos electrónicos, no solo en Colombia sino en el mundo, claramente señala a los pagos sin contacto. Por razones obvias, nadie quiere que su tarjeta plástica pase a otras manos durante el momento del pago en la caja registradora. De allí que las soluciones basadas en tecnología NFC (el protocolo Near Field Communication, mediante el cual se comunican dispositivo que están muy próximos entre sí, pero no necesitan tocarse) es el estándar en la actualidad.

Se puede realizar un pago digital sin contacto mediante tarjeta plástica con el chip correspondiente, o una billetera digital como la de Apple Pay – de reciente ingreso en el país – o un wearable (por ejemplo, relojes inteligentes o pulseras), dotadas de la suficiente protección para asegurar la confiabilidad de la transacción. Son sistemas rápidos y efectivos que los usuarios no quieren abandonar una vez los prueban.

Los pagos en tiendas en línea son también una tendencia en crecimiento. Durante el primer Día sin IVA de 2020, en octubre pasado, se realizaron 1.221.827 transacciones aprobadas, por un valor de más de 829 mil millones de pesos, solo mediante el botón PSE disponible en miles de sitios web colombianos.

Los sistemas de pago que están por llegar

Todavía están por aterrizar en la economía colombiana las más reciente novedades internacionales. Una de ellas es pagar por contenido, por ejemplo, a través de Twitch para abonar propinas a los streamers e influenciadores. Otra alternativa novedosa es Llame ya, un sistema de compras en transmisiones en vivo, convocadas por influenciadores de las redes sociales.

Los pagos a través de las redes sociales constituyen una tendencia de punta, que en Asia y Norteamérica empieza a configurarse. Así como los pagos con criptomonedas, que viven días de gloria y pronto una fiebre de este tipo de pagos empezará a notarse en nuestro país.

Finalmente, se pueden realizar pagos hablándole a Siri o Alexa. Todavía los colombianos no se aproximan a este método, y debemos resaltar que ofrece la misma seguridad que cualquier otra transacción digital.

En un país en donde predomina con sobrada ventaja el uso del efectivo, los medios de pago experimentan – no obstante – una época de salto “cuántico”. Un salto necesario para impulsar la digitalización de nuestra economía. No hay nada malo en pagar con billetes, pero la transformación digital requiere de un ecosistema completo, que incluye diferentes eslabones de la cadena; y el pago electrónico, así como el dinero digital, son dos de los más importantes.

Publicado originalmente en #MovistarTrends, en Caracol.

 

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