
Colombia: Bastante IA y redes sociales, pero poca apropiación digital verdadera
De nuevo el Centro Nacional de Consultoría nos hace poner los pies sobre la tierra: Los colombianos no estamos aprovechando el poder de la tecnología para el crecimiento personal ni social ni económico.
En apropiación digital, es decir, para qué utilizamos los colombianos las tecnologías, vamos empeorando cada vez más, y retrocedimos a los indicadores que teníamos antes de la famosa pandemia. El Centro Nacional de Consultoría (CNC) acaba de publicar los resultados del Estudio de Apropiación Digital 2025, un informe que desnuda, con cifras duras, las oportunidades y desigualdades de la vida en línea en Colombia, Chile y Perú. Aunque los titulares de prensa celebran cada día avances en el uso de Internet y especialmente el boom de la inteligencia artificial (IA), el panorama real – que este fundamental estudio nos aporta – deja ver un mosaico de brechas territoriales, de género y de clase que siguen marcando la experiencia digital en la región.

Carlos Lemoine
“Este no es un estudio de tecnología, es un estudio de personas. La tecnología cobra sentido solo cuando las personas logran apropiarse de ella”, afirma Carlos Lemoine, líder de los estudios de Apropiación y Transformación Digital del CNC. Con esa frase, Lemoine pone sobre la mesa la pregunta que atraviesa el documento: ¿está la tecnología realmente al servicio de los ciudadanos y del país?, ¿o estamos perdiéndonos una gran oportunidad, como siempre?
El informe muestra que en Colombia el 18% de los ciudadanos alcanzan un nivel avanzado de apropiación digital —es decir, usan Internet para transacciones, educación, participación y producción de contenidos—, mientras que un 32% se sitúa en un nivel intermedio y un 37% en uno básico, enfocado en “chatear” y reírse todo el día con los videos de TikTok. Un 13% sigue fuera del mapa digital.
Brechas que persisten

El indicador de apropiación digital. Colombia retrocedió en relaición con la medición anterior. Fuente: CNC, 2025
En Colombia tenemos 13% de población por fuera del mundo digital. No se conectan, no la utilizan, no la aprovechan. En Chile ese grupo de población es de solo el 4% y en Perú el 6%.
La brecha urbano rural es enorme. En las grandes ciudades tenemos 21% de usuarios en el nivel avanzado de apropiación digital, en tanto que en el mundo rural solo el 6%.
Este año tenemos menos computadores en el hogar (incluyendo portátiles y escritorios) que en 2020. Pero eso sí, creció como nunca el número de Smart TV y consolas de videojuegos en las casas de los colombianos. Para qué un computador en el que podríamos trabajar, estudiar y hacer negocios, cuando podemos perder el tiempo viendo videos de YouTube.
La inteligencia artificial: adopción acelerada, apropiación lenta

Adopción de la inteligencia artificial en Colombia. Fuente: CNC, 2025
Por fin tenemos una cifra seria y realista del uso de la IA entre los colombianos: 26% conoce algo del tema y 24% la utiliza. Esto difiere en mucho con las cifras infladas que han aparecido sobre un supuesto 95% de penetración de la IA en el país y cosas así, que nos dicen las oficinas de prensa de las empresas que venden tecnologías.
Lo más preocupante: las brechas sociales. Casi la mitad del estrato alto utiliza la IA en su vida diaria (43%); en el estrato medio el 28% y entre los pobres solo el 20% utiliza la inteligencia artificial. ¡Ojo! Es el 20% del total de 18% de colombianos que están en el nivel avanzado de apropiación digital.
Y la calidad de la IA que utilizamos es desconcertante: el 91% del uso que los colombianos damos a la IA es simplemente hacerle preguntas a ChatGPT. Eso es todo. Toda una revolución industrial, un hito en la historia universal de la tecnología, que está transformando naciones y economías en el mundo, se reduce para nosotros a preguntarle cosas a estas plataformas tan de moda.
Y algo más aterrador: el principal uso que los colombianos hacen de la IA es pedirle a ChatGPT que escriba documentos. Las tareas, los informes para la oficina, los alegatos de los abogados, los artículos de los periodistas… Para qué tomarse la molestia de escribir, ¿verdad? De 22 usos posibles para las plataformas de IA generativa, esa de pedirle que escriba por uno es la que más ha interesado a los colombianos.
La apropiación digital no ocurre en abstracto. El acceso a un smartphone —dispositivo principal en el 76% de los hogares colombianos— marca diferencias frente al computador portátil (32%) o de escritorio (17%), que son esenciales para usos más sofisticados como programación, análisis de datos o diseño digital. Mientras tanto, el Smart TV, presente en el 47% de los hogares, refuerza el consumo pasivo de entretenimiento antes que la producción activa de contenidos.
Las cifras también muestran que el camino digital es desigual según género, territorio y clase social. En el caso de la IA, el 30% de los hombres colombianos conectados la usa, frente a solo el 19% de las mujeres. Y aunque un 43% de los usuarios en estratos altos interactúa con estas herramientas, en los estratos bajos la cifra se reduce al 20%. La promesa de democratización tecnológica, tantas veces proclamada, parece aún una deuda.
El estudio también confirma un fenómeno que muchos intuían: la pandemia fue un acelerador digital sin precedentes. En noviembre de 2020, el índice de apropiación en Colombia llegó a 0,39, muy por encima del 0,22 registrado en 2018. Sin embargo, para 2023 el indicador bajó a 0,30, estabilizándose en 0,31 para 2025. La “resaca digital” parece demostrar que no todo lo que la crisis obligó a digitalizar terminó consolidándose como hábito.
Políticas urgentes para una inclusión real
El CNC no se limita a contar usuarios: advierte que cada trayecto digital es personal, condicionado por conexión, dispositivos y contexto social. “Un hombre y una mujer recorren experiencias diferentes, al igual que quienes viven en ciudades frente a zonas rurales”, señala el informe. Por eso, más que repartir dispositivos o ampliar cobertura, el desafío está en acompañar con formación, confianza y seguridad a quienes aún están en la orilla de la red.
El respaldo de entidades como CAF, ONU Mujeres, Kodea Chile y la ANDI sugiere que hay un interés regional por cerrar brechas. Pero el reto sigue siendo político y pedagógico: ¿cómo garantizar que la apropiación digital no reproduzca las desigualdades del mundo físico?
El espejo de la apropiación digital
El Estudio de Apropiación Digital 2025 funciona como espejo: muestra avances indiscutibles —más gente conectada, más herramientas usadas—, pero también evidencia las sombras de una región donde nacer en una ciudad o en el campo, ser hombre o mujer, rico o pobre, sigue definiendo qué tan lejos se puede llegar en el mundo digital.
La conclusión es clara: no basta con celebrar que la IA y la conectividad se expanden. El verdadero desafío es lograr que esa expansión sea significativa, equitativa y transformadora. Como lo resume Carlos Lemoine: “La apropiación digital es hoy el camino para reducir brechas y garantizar que la tecnología cumpla su promesa de democratizar oportunidades”. Lo que está en juego, en última instancia, no es la tecnología, sino el futuro mismo de la ciudadanía digital en América Latina.
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¡Qué buen artículo!