
Cuando el Magdalena habla en datos: tecnología para cuidar a sus comunidades
La tecnología salvará nuestro río más importante.
En las madrugadas lluviosas, cuando el Río Magdalena crece y su rugido se escucha más fuerte, las familias ribereñas saben que cualquier desborde puede cambiarles la vida en cuestión de horas. El agua, que es sustento y camino, también es amenaza.Durante décadas, las comunidades a orillas del río han vivido con esa incertidumbre. Pero hoy, la ciencia y la tecnología les ofrecen un respiro: Cormagdalena y Movistar Empresas han desplegado un sistema de monitoreo que convierte al RÍO Magdalena en un río vigilado minuto a minuto, con datos accesibles para autoridades y ciudadanos.
Del miedo a la anticipación
El corazón del proyecto es una plataforma que recopila y actualiza variables en tiempo casi real: desde estudios batimétricos hasta zonas intervenidas con dragados. Esa información se comparte con el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo, lo que da a alcaldías, gobernaciones y entidades nacionales la posibilidad de anticiparse a emergencias.
“Hoy cualquier autoridad puede entrar a la plataforma y conocer el estado del río. Eso significa que no tenemos que esperar a que ocurra un desastre para reaccionar”, explicó Jorge Tinoco, asesor ambiental de Cormagdalena.
La diferencia está en la inmediatez: la circulación de datos, antes lenta y fragmentada, ahora se convierte en un insumo de acceso público que fomenta transparencia y coordinación. El sistema funciona como una especie de “tablero de mando” del río. En salas de control instaladas en Barranquilla y Barrancabermeja, pantallas gigantes muestran en tiempo casi real cómo sube o baja el nivel del agua, qué caudales se registran y en qué puntos se han hecho dragados.
La información, antes dispersa, ahora fluye con rapidez y transparencia. Un alcalde, un concejal o un coordinador local de gestión del riesgo puede consultar el estado del río y decidir si es necesario alertar a la población.
El Magdalena en el celular
El proyecto no solo tiene un componente técnico; también está transformando la relación de las comunidades con su entorno. Lo que antes era intuición o memoria colectiva sobre el comportamiento del río, ahora se complementa con datos verificables y accesibles.
“Gestionar el río sin información veraz y compartida es imposible. La innovación no es un lujo, es una necesidad”, insiste Tinoco.
Desde Movistar Empresas, la apuesta es clara: usar la tecnología como escudo.
“La analítica avanzada puede salvar vidas. Con este sistema logramos que un recurso vital como el Magdalena se gestione de forma más sostenible y segura”, aseguró Bibiana Marulanda, directora de la compañía.
Mirar el futuro del río
Aunque el sistema ya está en marcha, este es solo el comienzo. En el futuro cercano, los sensores transmitirán datos en tiempo real y de manera automatizada, ampliando la capacidad de anticiparse a crecidas y otros riesgos.
Para quienes han visto cómo el río arrasa cultivos o inunda casas, cada dato en la pantalla es una forma de esperanza. Ya no se trata solo de reaccionar cuando el agua golpea las puertas, sino de ganarle minutos valiosos a la emergencia.
El Magdalena sigue siendo la arteria fluvial más importante de Colombia, pero ahora, gracias a la tecnología, empieza a convertirse también en un río que habla. Y en sus datos, millones de personas encuentran la posibilidad de vivir con menos miedo y más seguridad.
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